La crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19) ha afectado a las grandes potencias del mundo. El nivel de propagación y la gravedad de la enfermedad para cierta población de riesgo ha supuesto un gran agente psicológico para el ser humano, llegando a provocar períodos de confinamiento para la mayoría de los países afectados. Evaluar la relación entre factores sociodemográficos y contextuales del confinamiento e indicadores de desajuste emocional. Este estudio ha analizado las características sociales y contextuales en la situación de confinamiento en una muestra de 781 adultos (66.6% mujeres) con edades comprendidas entre los 18 y los 69 años en la etapa de confinamiento a nivel nacional durante el periodo del 29 de marzo al 27 de abril. Se ha estudiado la influencia de variables sociodemográficas y contextuales del confinamiento (p.ej., días en situación de confinamiento en el domicilio y características del inmueble), conductas habituales durante el confinamiento (p.ej., salir a pasear al perro, realización de ejercicio físico), así como los niveles del estado afectivo (afectividad positiva y negativa), y la sintomatología depresiva e ideación suicida. El cuestionario se realizó de manera individual mediante cualquier dispositivo con acceso a internet y de formato autoaplicado. Con una media de 25.4 días sin salir del domicilio, los resultados muestran que los desempleados y los jubilados son los que más riesgo tienen de padecer secuelas de desajuste emocional directas a causa del confinamiento, así como un mayor impacto emocional negativo en las mujeres. Por otro lado, un mayor número de familiares que conviven en el mismo hogar y una vivienda con menos metros cuadrados hacen que los síntomas negativos aumenten. Estos resultados muestran ciertos perfiles de los participantes que tienen riesgo de padecer mayores niveles de desajuste emocional debido a las circunstancias del confinamiento.