La enseñanza universitaria, tal y como dicta el Espacio Europeo de Educación Superior, se ha centrado en la formación mediante competencias (Ibarra Sáiz & Rodríguez Gómez, 2010). Dichas competencias transversales o específicas están presentes a lo largo de la trayectoria universitaria del alumnado en las diferentes asignaturas que componen cada una de las titulaciones. En los últimos años, se ha observado un gran auge de diferentes metodologías que abordan la adquisición de competencias desde diversos ámbitos, como pueden ser la gamificación (Soto-Hidalgo, Martínez-Rojas, Alonso, & Gámez, 2019) o el aprendizaje basado en proyectos (ABP) (Naranjo S, Alice., & Correa Lemus, Freddy, 2020).
Es en este contexto, se propone una metodología basado en el ABP, que se puede focalizar desde un punto de vista colaborativo (Jarauta Borrasca, B., 2014). Esta metodología pone en valor los conocimientos de los alumnos de diferentes titulaciones, incluso universidades, colaborando entre sí mediante equipos de trabajo interdisciplinares para generar proyectos y resolver un problema real. Así, los alumnos se encuentran ante la necesidad de aplicar los conocimientos adquiridos y ser capaces de entenderse con miembros de un equipo de trabajo sin ser expertos en la materia del otro.