La promoción de la escuela inclusiva precisa de la presencia en el aula de un segundo docente que desempeñe funciones específicas de apoyo educativo. En este sentido, la incorporación a las dinámicas del aula ordinaria del maestro de Pedagogía Terapéutica, lo que precisa de un aumento del número de horas asignadas en cada centro y que es responsabilidad de las administraciones educativas, se posiciona como una estrategia viable y favorecedora de prácticas inclusivas, pues como nos recuerda Traver (2014), la colaboración entre el profesorado especialista y el de aula promueve procesos de reflexión que mejoran los procesos de participación de todo el alumnado.