La traducción moderna no se limita en la discusión de la elección de la forma literal o libre. Se concentra más en la emisión y recepción de las informaciones. La traducción conceptual no solo estudia la apropiada vía transmisora sino el resultado de esta transmisión también. Intentamos revelar la influencia del idioma materno en los pensamientos y demostrar la reacción tras la conceptualización del idioma adaptado. La traducción depende de la capacidad cognitiva del receptor porque los significados son hasta cierto punto creados por el conceptualizador; es el sujeto conceptualizador el que al usar ciertas categorías, establece las distinciones entre objetos que son relevantes para hablar de ellas. El significado se encuentra en la cabeza del conceptualizador. La traducción conceptual ofrece vías posibles para que el conceptualizador pueda producir con éxito los verdaderos significados y los hablantes receptores puedan instigarlos. Tenemos que aprovechar las medidas tales como la metáfora conceptual y la metonimia conceptual para alcanzar el objetivo de traducir los conceptos.
Tal y como lo que comentó Saussure Ferdinand en el Curso de Lingüística General, la ciencia de la lengua tuvo su comienzo por la gramática en el mundo europeo y tiene todas las manifestaciones lingüísticas como la materia de estudio. De un punto de ver panorámico, desde Cicerón y Horacio hasta los grandes expertos traductológicos tales como Nida, centraron su visión principalmente en la estructura. Sin embargo, en China la reflexión sistematizada sobre esta lengua inició por la terminología y la etimología. La autenticidad ideológica y la uniformidad de las formas heliográficas preocupaban a los filólogos clásicos chinos.