Esta ponencia pretende mostrar herramientas internas, que se facilitarán en forma de visualizaciones, tomas de conciencia y relajaciones, que prevengan la falta de ánimo que en ocasiones abate a los profesionales de la enseñanza; falta de ánimo que, con frecuencia, desemboca en depresión. No se pretende, no obstante, suplantar la necesidad de, llegado el momento, acudir a un especialista.
Analizar las razones que conducen a estados de desencanto y pérdida vocacional resulta fundamental, ya que normalmente, y sobre todo hasta la llegada de lo que podemos denominar la nueva psicología (los años 70 del siglo precedente), la figura del terapeuta se reservaba para aquellas ocasiones en las que nuestro estado mental se veía realmente alterado y podía hablarse de enfermedad. Hoy en día, sin embargo, comenzamos a tener una cultura del bienestar holístico en el que estaría integrado nuestro cuidado físico, mental y espiritual, por llamarlo de alguna manera, y resulta incoherente pensar en no cuidar de nuestra mente hasta que esta enferme, del mismo modo que resultaría inapropiado hacer lo mismo con nuestro cuerpo.
Desfallecer, sentirse cansado, hastiado o harto de una situación puede tener varias causas y todas ellas son internas.