El matrimonio de la heredera del principado de Stigliano y el ducado de Sabbioneta, Anna Carafa, supuso, además de un asunto familiar, una verdadera razón de Estado. La situación estratégica del feudo lombardo de Sabbioneta hizo que Felipe IV interviniese en las negociaciones para la elección de un candidato que defendiese los intereses de la Monarquía Hispánica, en contra de los propuestos por la familia Carafa. En medio de estas discusiones, el conde-duque, principal valedor del duque de Medina de las Torres hasta este momento, se mostró reticente tanto en su elección como cónyuge como en la concesión del virreinato napolitano, lo que pone en cuestión la hasta ahora aceptada hipótesis de que fue el valido el que motivó este enlace.