El efecto que la luz tiene sobre los seres vivos es muy diversa, no es sólo beneficio, también existen efectos negativos. En el caso de los seres humanos la luz regula los ciclos de descanso y vigilia, influye en los estados de ánimo, favorece la síntesis de vitamina D, estimula el funcionamiento del sistema inmune…, pero también es causa de cáncer, fotoenvejecimiento….
La luz radiada por distintos emisores es en general distinta. La composición de la luz emitida por una fuente queda plasmada en su espectro de emisión, donde se registran colores radiados y cantidad. La influencia que una luz tiene sobre un ser vivo va a ser función de su espectro, que nos viene a indicar la energía con la que el emisor irradia su objetivo por longitud de onda.
La respuesta de los distintos tejidos de un organismo vivo a la luz es distinta en función de su composición. En ocasiones las longitudes de onda más efectivas para producir un efecto biológico serán unas, y en otros casos otras distintas. Por lo general, para determinar la contribución efectiva de una radiación a un efecto biológico concreto, transformamos dicha radiación por medio de una función de paso o convolución a radiación efectiva. La función de paso se obtiene por experimentación y es distinta para cada efecto biológico estudiado.
El presente trabajo se centra en analizar algunos de los efectos que la luz tiene sobre distintas partes de nuestro cuerpo, y a la vista de los resultados sacar conclusiones de interés general, y proponer en aquellos casos que proceda, mejoras, alternativas, dispositivos, correcciones… que favorezcan un uso beneficioso de la misma.
Los efectos concretos analizados son la transmitancia de la uña a las distintas longitudes de onda de la luz, la influencia de las fuentes de luz artificial en la melanogénesis y equilibrio oxidativo de nuestra piel, y el efecto que la composición de una luz tiene en nuestra visión.