Los resultados de la biología evolutiva a menudo son relevantes en ética. Podemos señalar el efecto de esta ciencia en al menos tres niveles de la discusión en ética: el nivel descriptivo, el normativo y el metaético. El objetivo del presente trabajo es mostrar cómo interactúan estas dos disciplinas y cómo es posible justificar el origen de la conducta moral desde el punto de vista de la biología evolutiva. Para ello, será necesario indagar sobre la relación entre genes y entorno, afrontar el reto que supone
la falacia naturalista y mostrar las relaciones que se establecen entre las diferentes facultades obtenidas de la evolución.