El número de endemismos de un territorio es uno de los datos más relevantes para
estimar su biodiversidad. La Cordillera Bética forma parte del Arco Bético-Rifeño, uno de
los hotspots del Mediterráneo y el mayor centro de endemicidad ibérico. Hasta ahora, los
estudios sobre la flora vascular endémica de este territorio se han centrado en los
taxones orófilos, edafoendémicos o de Sierra Nevada. Dentro de la Cordillera Bética, una
de las zonas más ricas en endemismos es su extremo occidental (Medail & Quezel,
1997), conjunto montañoso muy individualizado que comprende la Serranía de Ronda en
sentido amplio. Sus límites son: hacia el este la campiña gaditano-sevillana, al oeste la
depresión del río Guadalhorce, al norte la campiña antequerana y al sur el litoral
mediterráneo. Engloba a tres sectores fitogeográficos (Pérez Latorre et al., 2019),
Rondeño, Bermejense y Aljíbico (excepto el subsector Sidonense). A pesar de la
importancia de la flora endémica de este territorio, solo existen estudios parciales, siendo
el objetivo de este trabajo, presentar el primer catálogo de la flora vascular endémica de
la Cordillera Bética Occidental analizando su biogeografía y presencia en la Red de
Espacios Naturales Protegidos de Andalucía (RENPA), consiguiendo una base firme y
actualizada para futuros estudios sobre estos taxones, así como su nivel de protección en
la RENPA.