a especialización del conocimiento y la consiguiente proliferación de disciplinas se explica debido a la
creciente complejidad de los problemas que el ser humano pretende resolver. No obstante, la falta de un
enfoque integral que permita llevar a cabo un estudio holístico de los temas de interés limita severamente el desarrollo científico. La interdisciplinariedad pretende aunar las metodologías y los saberes de diversas ramas
del conocimiento para superar las barreras que su segmentación impone. Los planes de estudios
universitarios, conscientes del enriquecimiento que aporta la interdisciplinariedad, incluyen entre los
contenidos que se imparten en los grados materias procedentes de otras disciplinas con el afán de aportar a los
alumnos competencias para resolver problemas interdisciplinares. Así, sin perjuicio del hecho de que el
listado de asignaturas ofertadas varíe según la programación docente de las diferentes universidades, cabe
señalar que con frecuencia Economía Política y Ciencia Política se incluyen en el repertorio educativo de las
Facultades de Derecho. Se trata de una decisión acertada, dado que el jurista debe conocer el contexto en el
que se desenvuelve el Derecho. No obstante, entre la planificación docente de los grados en Derecho destaca
la ausencia generalizada de una asignatura que podría aportar una inmensa utilidad a los estudiantes de
Derecho, puesto que podría coadyuvar a una adecuada comprensión de las instituciones jurídicas; se trata del
Análisis Económico del Derecho (AED). En España, el AED constituye una metodología ajena a las
Facultades de Derecho; no obstante, resulta necesario valorar su posible introducción en las próximas
revisiones de los planes de estudio en vista de los beneficios que podría proporcionar a los futuros juristas