Dentro de su ámbito y límites territoriales, la Unión Europea representa un experimento cívico político cosmopolita en el que conviven 24 leguas oficiales, y donde 27 Estados miembros han cedido parte de su soberanía con el fin de reforzarse mutuamente y superar sus sangrientos nacionalismos y conflictos. Asimismo, desde la aprobación del Tratado de Maastricht, en la Unión tiene lugar un doble estatus de ciudadanía, nacional y supranacional, que no tiene precedentes, ni equivalentes. Si bien el proyecto de integración europea se enfrenta a grandes desafíos internos y externos, también constituye una oportunidad para pensar la democracia y la ciudadanía liberal en un marco post-nacional y supranacional, mejor preparado para hacer frente a los retos del mundo globalizado y crecientemente polarizado.
En el IV Congreso Internacional de Innovación Educativa de Filosofía, pretendo abordar los desafíos metodológicos y curriculares que plantea la ciudadanía europea y cosmopolita a la enseñanza de las asignaturas de ética y de filosófica.