El horizonte 2020-2050, y la Agenda 2030 en particular, proponen la reducción de las emisiones de CO2 como mecanismo eficaz de adaptación al cambio climático.
La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos estimó que el 28% de las emisiones de gases de efecto invernadero provinieron del sector del transporte en 2018. En particular, dentro de este porcentaje, el 60% provino de vehículos livianos.
En Europa, el origen también fue similar, en carretera el transporte es responsable del 72% de las emisiones. Por tanto, si no se introducen modelos de movilidad sostenible, el problema medioambiental se agravará significativamente ya que se estima que aumentarán los desplazamientos urbanos en un 70% para 2050.
Los viajes más habituales serán los que se realicen en zonas densamente pobladas, e Iberoamérica concentrará gran parte de esta población. En concreto, según ONU Hábitat, casi el 80% de la población vive en ciudades de Iberoamérica y el número de ciudades se ha multiplicado por seis en los últimos 50 años. En cuanto a las tarifas de transporte, ésta también ha experimentado un notable incremento, con la conclusión de que el parque vehicular de la región se triplicará en los próximos 25 años, llegando a más de 200 millones unidades en 2050.
En abril de 2021, se financió la red de investigación RIEMOV (Red Iberoamericana de Investigación en Electromovilidad) gracias a la AUIP (Asociación Universitaria Iberoamericana de Postgrado). Desde entonces, ha sido una herramienta útil para la colaboración de 18 grupos de investigación de 13 países diferentes de Iberoamérica.