La fuerte competencia entre destinos turísticos lleva a sus gestores a buscar elementos que los diferencien de otros. La personalidad del destino ayuda a singularizar su marca, siendo fuente de vínculos emocionales y afectivos con los turistas, además de mejorar su satisfacción y fomentar comportamientos leales. El objetivo de este trabajo se centra en comprender cómo es la relación entre la imagen y la personalidad del destino, así como de sus efectos directos sobre la intención de recomendarlo, e indirectos a través de la satisfacción con la experiencia turística y el amor sentido hacia el destino. Los resultados obtenidos permiten mejorar la comprensión de los efectos de la personalidad del destino sobre estados afectivos del turista, así como en la manera de recomendar el destino a turistas potenciales. Además, se establecen las dimensiones que componen la personalidad del destino de la ciudad de Málaga.