Las conclusiones obtenidas en este trabajo apoyan la idea de que cultivares con distinta susceptibilidad al agrietado presentaron diferencias en cuanto a las propiedades mecánicas y caracteres morfológicos de la cutícula y la epidermis. La aplicación desolución salina en el agua de riego diminuyó la incidencia de agrietado y potenció el desarrollo de aquellos caracteres relacionados con la resistencia al agrietado tales como un aumento en el grosor de cutícula, que a su vez presentaron mayor resistencia mecánica. El seguimiento de las fluctuaciones diarias de crecimiento del fruto indicaron que el agrietado no tiene lugar por un incremento excesivo de la presión interna del fruto, sino que mas bien, estos ciclos diarios de expansión y contracción parecían contribuir a la fatiga o debilitamiento del material, siendo por tanto los caracteres morfológicos y mecánicos de la cutícula mencionados anteriormente, determinantes para que tenga lugar el agrietado. Por último, la comparación de las propiedades mecánicas de la cutícula y la cutina aislada del fruto de tomate indicaron que la cutina presentaba un comportamiento esencialmente viscoelástico, siendo los polisacáridos adscritos a la cutícula los que le conferían la elasticidad presente en la cutícula. Estos compuestos polisacarídicos fueron los que marcaron las diferencias mecánicas de la cutícula aislada de cultivares con distinta susceptibilidad al agrietado. La caracterización de tales compuestos indicó que a falta de diferencias en el tipo de polisacáridos y en la orientación de los mismos en la cutícula aislada de distintos cultivares, fue la cantidad el parámetro que establecía la diferencia en la resistencia mecánica, y en última instancia, en la resistencia al agrietado.