La presente tesis doctoral tiene como objeto de estudio a Serbia, país que históricamente ha desempeñado un rol fundamental en Europa. Desde su asentamiento definitivo en su solar actual, siempre jugaron un papel de puente entre el Este y el Oeste, tanto durante el final de la Edad Antigua como en la Edad Media: puente entre la escritura cirílica y la latina, entre los eslavos del sur y los del sureste, entre el cristianismo católico y el ortodoxo. Cuando surgió el Islam, devino junto a Bizancio en bisagra entre la civilización grecorromana y la incipiente civilización musulmana. Cuando los otomanos conquistaron la península balcánica, no perdió Serbia su cualidad de puente de civilizaciones, sino que este aspecto se acentuó. Al llegar a su fin la Segunda Guerra Mundial, ya consciente de su singularidad etnogeográfica, Yugoslavia fue un enclave crucial geoestratégico entre los espacios situados tras el Telón de Acero y la Europa Occidental. Además, mantuvo relaciones con el Movimiento de No Alineados, en tanto que Bosnia albergaba un fuerte componente de población musulmana. Por consiguiente, su trayectoria internacional no ha sido de aislamiento, sino todo lo contrario: la del cultivo de relaciones con todos los bloques, grupos, organizaciones, continentes, civilizaciones, y religiones del planeta.
La presente tesis doctoral versa sobre la reconstrucción de las relaciones internacionales de Serbia con la comunidad internacional. Dentro de la misma reviste especial la Unión Europea, razón por la cual figura de manera privilegiada en el título y se trata en dos esferas: la de las relaciones con la UE y la del propio proceso de adhesión a la UE. La razón de dicha elección estriba en que, hoy por hoy y tas años de aislamiento internacional, constituye la adhesión a la UE el máximo objetivo de la República de Serbia.