El concepto de “ciudad global” lo introdujo la socióloga urbana neerlandesa Saskia Sassen en 1991 con la publicación de su libro The global city (Princeton University Press). En esta obra, Sassen presenta a las ciudades globales como aquéllas que tienen un efecto directo en los asuntos mundiales, a través no sólo de los aspectos socioeconómicos, sino también de la política o la cultura. “Son ciudades cuya influencia es global” (Ventura, 2015). En el libro, se considera que Londres, Nueva York y Tokio son las ciudades que mejor representan las características de una “ciudad global”.
En este contexto se presenta una investigación para el fortalecimiento de la innovación de la gestión urbana de Bogotá vista desde un enfoque global y con las nuevas dinámicas de infraestructura tecnológica, industrial, comercial, conectividad y cambios sociales característicos del boom de las ciudades globales.
Para el caso de Bogotá se identificaron avances significativos con: el proyecto Multi-Bogotá del año 2011, el proceso de renovación urbana del aeropuerto internacional el Dorado y el anillo de innovación que conecta el centro de la ciudad con el aeropuerto internacional; además, la red de “ciudades globales” del Reino Unido The Globalization and World Cities (GaWC) propone categorizar las ciudades globales en: Alpha, beta y gamma, siendo Alpha ++ la ciudad con mayor grado de conectividad y globalidad; y gamma de menor grado de conectividad. Según este estudio, Bogotá se encuentra en la categoría Beta+. Es así, que se evidencia un proceso de cambios y dinámica urbanas para la ciudad de Bogotá desde el análisis teórico de la “ciudad global”.