Los continuos avances de la medicina han permitido en el último siglo obtener una impresionante mejora en las condiciones sanitarias de la especie humana. Sin embargo, en los países más desarrollados ese progreso está planteando desde hace algunas décadas nuevos problemas, entre otros, aquellos ligados a la atención que se ha de prestar a personas con pronóstico infausto en la última fase de su vida, período cuya frecuencia y persistencia está en directa relación con esos mismos avances técnicos.
El Instituto andaluz de Criminología de la Universidad de Málaga ha financiado una investigación interdisciplinar en la que se han querido verificar las condiciones en que se produce en estos momentos la atención a los enfermos terminales en España. Los datos obtenidos se acaban de publicar en una monografía titulada La atención a los enfermos terminales, editada por Tirant lo Blanch en 2000, y coordinada por Díez Ripollés, Santos Amaya y Garrido Santos. Lo que sigue es un breve resumen de algunos de los resultados más destacables.