Los agresores sexuales siempre han constituido un grupo de delincuentes especialmente censurados socialmente. La importancia del bien jurídico contra el que atentan unido a la distorsionada imagen que se transmite a la sociedad sobre las características personales de este grupo de individuos hacen especialmente valiosos los estudios empíricos sobre este tema.
Los autores del trabajo que presentamos, que pertenecen al Grupo de Estudios Avanzados en Violencia de la Universidad de Barcelona, ponen sobre la mesa reveladores datos sobre la efectividad del tratamiento realizado con estos sujetos, y la notable reducción de su reincidencia que provoca.
La modificación de las distorsionadas creencias de los agresores, el aumento de la empatía y la prevención de la recaída, se han mostrado instrumentos eficaces, que hacen posible la recuperación de un alto porcentaje de sujetos que no vuelven a delinquir una vez fuera de prisión.