Los cultivos hortícolas de variedades locales han sido seleccionados y perpetuados a lo largo del tiempo en base a su adaptación a las características de clima y suelo de una zona en concreto y de sus cualidades organolépticas. El correcto manejo de sus semillas es indispensable para perpetuar las características seleccionadas a lo largo del tiempo evitando cruzamientos no deseados que puedan originar modificaciones negativas en las variedades.
En este trabajo se presentan algunas de las “buenas y malas” prácticas más comunes que se deben tener en cuenta a la hora de conservar semillas de variedades locales de las principales familias hortícolas.