Este trabajo explora las características y recepción de las adaptaciones cinematográficas de las obras literarias desde una perspectiva de género. Como técnica metodológica se empleó el análisis de contenidos. En primer lugar, se tomó del portal FilmAffinity una muestra aleatoria de 277 fichas de películas o series basadas en novelas, que incluían los nombres de los directores y/o directoras, guionistas, reparto y autores y/o autoras de las obras originales. El listado de artistas que conformaban estas variables se pasaron por el filtro de la inteligencia artificial (ChatGPT 3.5) para determinar su género. También se recogió, como puntuación agregada, la valoración media de la crítica profesional especializada.
Los resultados muestran que el 73,6% de las novelas que se adaptan las firman hombres, frente a solo un 26,0% de mujeres. En la siguiente fase, de guión, las mujeres tan solo escriben el 17,3% de todas estas producciones, por el 81,9%; o lo que es lo mismo: de todas las novelas de mujeres que se adaptan, más de la mitad (55,6%) acaban siendo guionizadas por hombres. Este fenómeno se agudiza aún más en la fase de dirección: los hombres dirigen el 88,1% de las películas basadas en novelas; las mujeres, el 10,1%. Las mujeres, en definitiva, dirigen solamente una de cada cuatro películas basadas en libros escritos por mujeres. Se da la circunstancia, además, de que de las obras que se adaptan, el 17,2% están protagonizadas solo por hombres, mientras que el pleno de mujeres protagonistas solo ocurre en el 5,6% de los casos.
En cuanto a la crítica que reciben por parte de la prensa especializada, apenas se encontraron diferencias en función de quién escribe la novela, de quién la guioniza, de quién la dirige o de quién la protagonizada —las mujeres, de hecho, ganan en tres de los cuatros parámetros—, por lo que los motivos detrás de esta desigualdad de género han de obedecer a razones sistémicas que van mucho más allá de las meras competencias artísticas.