Marte ha sido objeto de nuestra atención desde tiempos inmemoriales. Su singular color rojizo en el firmamento, su relativa proximidad a nuestro planeta y las observaciones primitivas a partir de la invención del telescopio han creado un mundo irresistible a nuestra imaginación. Más recientemente, a partir de la era espacial, muchos de nuestros esfuerzos se han dirigido a comprender sus peculiaridades utilizando nuestros mejores sistemas de observación. En la actualidad, Marte está siendo estudiado por no menos de ocho orbitadores y examinado localmente con cuatro rovers operativos. El Planeta Rojo ha sido el objetivo de muchas agencias espaciales no sólo porque es relativamente accesible, sino también por su singular interés científico. De un lado, Marte en la actualidad es un mundo muy activo con muchas similitudes con la Tierra. De otro, su geología muestra que a lo largo de su historia Marte ha visto una era propicia para la existencia de ríos y lagos, glaciaciones e incluso períodos con una atmósfera con gran parecido a la de la Tierra en su momento. Estas diferentes épocas y sus peculiaridades son la razón por la que Marte sigue siendo el objetivo de muchas agencias espaciales, ya que evocan la posibilidad de una habitabilidad pasada y una sucesión de cambios climáticos espectaculares.