El estudio de la distribución de la población en el interior de los municipios rurales presenta importantes dificultades, derivadas de los reducidos volúmenes de población que muchos de ellos presentan, y que, a efectos prácticos, dejan al Padrón Municipal de Habitantes como la única fuente estadística a partir de la cual llevar a cabo este tipo de investigaciones. Desde la vertiente territorial estas dificultades son patentes en lo referente al empleo del seccionado censal, desde el momento en que, debido al escaso número de empadronados, la totalidad del término municipal queda embutida en una única sección, haciendo imposible, por tanto, conocer cómo se distribuye la población en su interior. Sin embargo, el empleo del Nomenclátor de Entidades y Núcleos de Población permite soslayar este escollo, por lo que su empleo se muestra como más conveniente en estos casos. Pero no sólo eso, desde el momento en que el Nomenclátor presenta la misma amplitud temática que el Padrón, también es posible no sólo indagar acerca de cómo se distribuye la población en el interior de los municipios, sino también dividirla en grupos a partir de alguna variable relevante, e indagar acerca de la distribución espacial intramunicipal de dichos grupos de población; tareas que no pueden ser llevadas a cabo a partir del seccionado, cuando éste tiene una única sección, y que, incluso siendo posible, hay ocasiones en las que la interpretación de la realidad queda desvirtuada por el trazado de los límites de las secciones. A partir de ejemplos de municipios rurales de la provincia de Málaga, en la presente investigación mostramos alguna de las principales ventajas que el Nomenclátor tiene sobre el seccionado censal.