Las compañías aéreas han ido redoblando sus esfuerzos para ser más competitivas y adaptarse a las nuevas circunstancias del mercado a raíz de la liberalización del sector y de las políticas de cielos abiertos hace ya casi treinta años.
En este contexto han tratado de ofrecer servicios más adaptados a la clientela
a la que se dirige y de ser más eficientes empresarialmente con el objetivo de
maximizar los beneficios que obtienen. Esto ha comportado también una importante revolución en el modelo tradicional de gestión empresarial de estos
operadores económicos. A pesar de que en principio, de todo ello cabe deducir
importantes logros en términos de competencia, la primacía de la rentabilidad
a toda costa en las políticas empresariales de las aerolíneas, y en concreto en
sus modelos de empleo, podría poner en peligro el balance positivo de las condiciones competitivas de este sector. Serán estos modelos de empleo y sus consecuencias los que pongamos en el punto de mira de este trabajo, analizando
la situación actual desde criterios de competitividad, valorando sus efectos y
perspectivas de futuro.