Resumen
El capítulo está dedicado a un examen conceptual del concepto de autoridad política así como a la discusión de sus principales justificaciones normativas. En la primera sección del capítulo, veremos qué es la autoridad, trazando la distinción entre autoridad epistémica y autoridad práctica; con objeto de entender esta última, analizaremos en qué consiste una orden o mandato. Igualmente discutiremos la relación que la autoridad mantiene con el poder o la coacción, desentrañando la complejidad que encierra el derecho a mandar. En la segunda sección, se abordará la cuestión de cómo justificar moralmente el ejercicio de la autoridad, distinguiendo entre autoridad legítima y autoridad de facto. A continuación se ofrecerá la objeción del anarquista filosófico, para quien la autoridad resulta injustificable. Esa crítica nos servirá de referencia para presentar algunas de las principales justificaciones de la autoridad que encontramos en la literatura. Sin pretender ser exhaustivos, se explicarán primero dos justificaciones instrumentalistas de la autoridad, la consecuencialista y la concepción de la autoridad como servicio elaborada por Raz; después se discutirán las diferentes versiones de la teoría del consentimiento y, por último, el principio del juego limpio desarrollado por Hart y Rawls.