El capítulo forma parte de un libro coordinado por la Catedrática de Historia de la Educación de la
Universidad de la Laguna Teresa González, especialista en el tema. El libro cuenta con aportaciones de
especialistas de España, México, Costa Rica, Argentina, Brasil y Chile, por lo que se puede afirmar que
da una visión general sobre la historia de la educación de las mujeres en Iberoamérica y además está
teniendo una enorme difusión tanto en España como Iberoamérica. Mi aportación demuestra como Las
docentes, como las mujeres en general, adquirieron su “igualdad” con el hombre en un mal momento y
para un fin tan indeseable como el de la represión. Ser mujer no eximía del castigo. Sin embargo,
también es cierto que, las sanciones fueron más del tipo de inhabilitación para puestos de
responsabilidad y cargos directivos, que la de separarlas definitivamente del servicio ya que se trataba
de reconvertir al profesorado para que estuviera al servicio del nuevo régimen. Todos aquellos que
estuviesen dispuestos a someterse eran admitidos, aunque fueran mujeres, pero con condiciones. Por
otra parte, aunque los hombres fueron más sancionados en cantidad y gravedad, las sanciones
aplicadas a las mujeres fueron importantes por la componente cualitativa que tuvo, porque se trataba
de erradicar un modelo de mujer moderna que había empezado a extenderse durante los años
precedentes y que amenazaba al de mujer tradicional pretendido por el franquismo. Aun así, se muestra
en la trayectoria de las profesoras, que las que se fueron ejercieron su profesión en otros países y las
que se quedaron realizaron su labor docente de una manera absolutamente natural, ya que su
formación, en líneas generales, había sido dentro de un ambiente que les había inyectado la idea de que
las mujeres tenían las mismas capacidades y derechos que los hombres.