La financiación de la conquista de Granada fue posible gracias a la concesión a la monarquía por parte del Papado de recursos económicos percibidos en forma de bula de indulgencia de cruzada y subsidio/décima sobre las rentas eclesiásticas, tanto en Castilla como en la Corona de Aragón. En este sentido, la contabilidad de la cruzada y décima conservada entre 1484 y 1492 permite analizar algunos de los mecanismos de financiación de la contienda, pero también otros elementos relacionados con el papel desempeñado por la guerra en los fenómenos de integración económica. Por ejemplo, los flujos de capital estimulados por la acción bélica en un espacio que trascendía las fronteras entre reinos, y los nexos establecidos entre territorios cada vez más amplios a partir de la actividad desarrollada por operadores genoveses, castellanos y aragoneses, cuyas actividades como prestamistas, intermediarios, proveedores o tesoreros/colectores de la cruzada y décima, sentaron las bases de los nexos cada vez más estrechos entre crédito y finanzas observados en el contexto hispánico y euromediterráneo.