La edad habitual para empezar a recibir una pensión es de 65 años y medio. Para acceder a la pensión contributiva de la Seguridad Social se debe haber cotizado un mínimo de 15 años y 35 años y medio para recibir la pensión completa (European Commission, 2018, 86). Los valores estadísticos muestran que el valor “at risk of poverty” (AROPE) aumenta a la edad de 65 años o más. Uno de cada siete corre el riesgo de caer en la pobreza. De hecho, el indicador AROPE esta en un 13 % a la edad 65+ y tiene un valor ligeramente superior para las mujeres (13,2%). El informe también describe que en España hay dos elementos redistributivos principales: pensión mínima y pensión no contributiva. Se han implementado muchas reformas en España para mejorar el sistema de pensión, sin embargo las mujeres están más expuestas al riesgo de pobreza y exclusión social en la vejez que los hombres. Actualmente se han de abordar dos retos principales para el futuro: mantener un alto nivel de duración de la carrera profesional y de contribución y reducir las diferencias salariales entre hombres y mujeres y el nivel de participación en el empleo (European Commission, 2018, 93). Siendo critico con el rígido limite de edad de jubilación de existe en casi todos los países europeos. ¿Por qué dejar de trabajar a los 65 años y medio cuando realmente quieres trabajar? James Vaupel (2011) afirma que hay que solucionar el cambio generacional y la sostenibilidad de las pensiones mediante el reparto de empleo. Afirma que si al menos trabaja un 90% de la población, con un promedio 20 horas semanales, alargando la vida laboral de las personas mayores (aquellas que puedan por su actividad laboral) se podrá conciliar mejor la vida laboral, familiar y personal, se logrará una mejor organización social al igual que se resolverá el problema de financiación de los fondos de pensiones” (Schwentker, 2010).