“La dehesa de Espeluy. Pervivencia de un paisaje excepcional en la campiña andaluza” desentraña sus funciones agrosilvopastoriles. Dentro de los aprovechamientos silvícolas se emplaza la caza, que en el caso de la dehesa de Espeluy fue fundamentalmente de tipo menor (pluma y pelo). La dehesa aludida constituye en la actualidad el último reducto de un paisaje agrario ampliamente extendido por la campiña giennense hasta bien entrado el siglo XVIII. Este predio de carácter señorial preservó hasta hace un siglo de toda roturación en virtud de sus aptitudes cinegéticas: perdices y conejos. Es una de las razones que explican la pervivencia del paisaje y de sus valores ambientales asociados.