Hoy día siguen abiertos los debates sobre el término genocidio aplicado al caso de la Guerra de España, pues se dieron con creces excesos de destrucción y conciencia de la acción de exterminio por ambos bandos; más la durísima y siniestra represión posterior. Pero el Alzamiento recibió la bendición de los consecutivos papas desde sus preparativos (Pío XI y Pío XII). La cooperación entre la Iglesia y el régimen de Franco, fueron sancionados con laudatorias de obispos y prelados; no en balde, el régimen se perfiló dentro de los marcos del catolicismo más estricto.