A pesar de que el lenguaje jurídico es conocido por su carácter conservador, su terminología cambia con el tiempo para ajustarse a los nuevos contextos sociales. El presente trabajo se propone, por un lado, reflexionar sobre este aspecto mostrando los problemas que plantea a los estudiantes de traducción y, por otro, ofrecer ejemplos de actividades prácticas que les ayuden, ya desde el principio de su formación, a tomar conciencia de esta característica y de las dificultades que puede comportar para la traducción. Los ejercicios se basan en términos que designan profesiones jurídicas porque, al ser elementos muy marcados culturalmente, son susceptibles de sufrir cambios en sus denominaciones y, por tanto, permiten ilustrar la problemática que queremos abordar.