Las metodologías activas, entre ellas los procesos ludificados, parten del concepto de la teoría constructivista del aprendizaje, con el foco sobre la motivación y el aprendizaje (Quintana y Jurado, 2019). Pantziara y Philippou (2015) y Moral-Sánchez (2019) afirman en sus investigaciones que la motivación intrínseca en matemáticas está relacionada con el tipo de actividades teniendo como consecuencia un aprendizaje más duradero de los conceptos tratados, al resolver el alumnado problemas con un nivel de dificultad superior, que ni siquiera fueron planteados originalmente. En su estudio, Buil et al. (2019) demuestran que se tiende a desarrollar la motivación intrínseca en cuanto se percibe la experiencia como divertida y hace que se retenga más información y disfrute en el proceso. Se trata de una investigación-acción educativa donde se pretende analizar
la motivación extrínseca e intrínseca que se genera al aplicar los entornos gamificados en contextos educativos de la asignatura de matemáticas, concretamente en geometría en segundo y tercero de la ESO.