La deuda pública fue una de las opciones con que contaron los estados bajomedievales europeos a la hora de financiarse. Sin embargo, su evolución no fue uniforme, sino que dependió de la estructura de la hacienda pública y el desarrollo financiero entre otras cuestiones. La Corona de Castilla constituye el paradigma de aparición de la deuda pública en combinación con un sistema fiscal fuerte, la mayoría de cuyos ingresos se fundamentaban en la soberanía fiscal del príncipe en lugar del consenso e intermediación de otras instancias jurisdiccionales. Este hecho es fundamental a la hora de explicar sus particulares características, así como el éxito del sistema de deuda pública castellano durante el Renacimiento.