La relación entre cine y arquitectura es un concepto ampliamente estudiado desde hace años. El abordaje a esta relación se ha venido desarrollando desde múltiples aproximaciones; por un lado, la perspectiva del cine como cronista de la ciudad, la arquitectura y el paisaje de un tiempo determinado, recogidos en el documento cinematográfico y documentados para la posteridad. Y, por otro lado, el hecho de la construcción de arquitecturas efímeras, desde las de gran escala de los estudios cinematográficos, como aquellas de interiores recreados en cualquier lugar.
Esta doble perspectiva, se vuelve imprescindible para la arquitectura en la que siempre se ha necesitado acudir a todo tipo de fuentes trans-versales, como la literatura o la pintura. Evidentemente, el cine es otra referencia imprescindible para el entendimiento de determinados procesos contemporáneos que se contextualizan en un tiempo y un espacio concreto. Acudir a las producciones cinematográficas se convierte casi en una necesidad para abordar la edad actual.
La arquitectura y el cine comparten el hecho de participar de un lenguaje común. Los paralelismos entre el pro-ceso creativo del cine y de la arquitectura proporcionan metodologías de las que aprender. Este artículo es un breve recorrido de las enseñanzas que nos regala el cine, desde la crónica, la materialización de arquitecturas hasta el entendimiento y deleite del paisaje.