Con el paso de los años la orientación académico-profesional ha ido ganando
relevancia, siendo un punto clave para el desarrollo de esta función el sistema educativo.
Por medio de él, se promueve en el alumnado el desarrollo de competencias, habilidades
y aptitudes necesarias para su futuro académico-profesional y además, se les proporciona
información y conocimientos sobre los itinerarios adaptados a sus necesidades, intereses
y características personales.
A pesar de ello, existe una carencia de información en un gran porcentaje del
alumnado en las diferentes etapas educativas, haciendo que estos no perciban la gran
variedad de posibilidades que tienen a su alcance. Por ello, es necesario el desarrollo de
programas de orientación académico-profesional durante toda su estancia en el ámbito
educativo, incluso además también cuando estén fuera de este.
Por otro lado, estos programas tienen que actualizarse en base a los cambios
políticos, sociales, tecnológicos y culturales que tienen lugar en la sociedad, debido a que
los criterios que se valoran en el mundo laboral van a ir modificándose. De esta forma los
orientadores educativos podrán acompañar a los alumnos a ser conscientes de sus propias
valoraciones vocacionales actualizadas a las demandas de un mundo laboral que cambia
de manera constante.