Los rellenos continentales sedimentarios de edad Plioceno inferior a finales del Pleistoceno medio en la cuenca de Baza (depresión de Guadix-Baza, SE de España) son mundialmente conocidos por su elevado grado de completitud estratigráfica y la excepcional conservación de su registro fósil de vertebrados terrestres. Estos sedimentos se depositaron en ambientes fluvio-lacustres y conservan abundantes asociaciones de restos de grandes mamíferos, incluyendo las evidencias más arcaicas de presencia humana en Europa occidental, ubicadas en los yacimientos de finales del Pleistoceno inferior de Barranco León y Fuente Nueva-3, datados ambos en ∼1,4 Ma. Desde finales del Mioceno, la cuenca se vio sometida a intensa actividad tectónica, mostrando depósitos originados en antiguas surgencias de aguas termales. Estas surgencias se desarrollaron a lo largo de una amplia malla espacio-temporal, ligada a fracturas tectónicas, mostrando mayor concentración en la subcuenca de Orce desde el Plioceno superior al Holoceno. El análisis de la composición de las silexitas y otras facies asociadas a estas fuentes termales muestra la presencia de marcadores geoquímicos y mineralógicos ligados a escenarios hidrotermales. El aporte continuado de las fuentes termales en la cuenca de Baza dio como resultado biotopos muy ricos y productivos, capaces de soportar una elevada diversidad y biomasa de mamíferos terrestres. Ambientes geológicos, hidroquímicos y ecológicos similares se encuentran alineados con surgencias termales en África oriental, el Corredor Levantino y el área circum- mediterránea. Proponemos como hipótesis que la presencia de tales corredores hidrotermales favoreció la dispersión de los homininos y otros grandes mamíferos durante el Plio-Pleistoceno, dando lugar a la primera colonización humana de Europa.