Ante la proposición de una escultura del vacío en la obra de Miguel Berrocal, estudiamos las influencias del pensamiento oriental en el trabajo del escultor y profundizamos en las referencias a través de las que se filtraría en su trabajo el interés por esta noción escurridiza que escapa al entendimiento occidental y a su expresión plástica.Nos acercamos a quien fuera su maestro, Ángel Ferrant; al introductor del hueco en la escultura británica del siglo XX, Henry Moore; y a sus coetáneos, Oteiza y Chillida, máximos representantes de una escultura del vacío en nuestro país. El cierre de esta problemática, para asumir otros retos, supone en Berrocal la clausura y abandono de esta cuestión irresoluble. Con esta liquidación deja de lado un desafío superior que no volverá a afrontar de manera comprometida, aunque se filtrará para siempre en su manera de entender el espacio escultórico.