Existen unas 7,000 lenguas en el mundo y todas ellas son parte esencial de
nuestro patrimonio cultural inmaterial. Según la hipótesis Sapir-Whorf, todas estas lenguas
que hablamos reflejan nuestra comprensión del mundo y, por extensión, dan lugares
a realidades distintas. En este artículo nos proponemos examinar esta teoría y exaltar las
diferencias que se dan entre las lenguas como un valor positivo. Para comenzar nuestra
argumentación, y de forma introductoria, indagaremos en algunas de las funciones del
lenguaje, sofisticada herramienta que nos convierte en seres humanos. En segundo lugar,
analizaremos el relativismo lingüístico, teoría que defiende que el lenguaje no solo refleja
la realidad que habitamos, sino que también crea, hasta cierto punto, nuestro entorno y
nos define como seres inmersos en una cultura determinada. Finalmente, ofreceremos
diversos ejemplos que justifican estas afirmaciones en varias lenguas y comentaremos las
dificultades de la traducción que estas implican.