Los inhibidores de la hidroxi-metil-glutaril coenzima A (HMG-CoA) reductasa, generalmente conocidos como estatinas, tienen un buen perfil de seguridad y son uno de los fármacos más recetados en Europa. Sin embargo, las diferencias en las propiedades fisicoquímicas y farmacocinéticas de las estatinas pueden traducirse en diferencias relevantes en la seguridad a largo plazo. En los ensayos clínicos, todos los agentes reductores de lípidos se han asociado con una leve elevación asintomática de las enzimas aminotransferasas. No existen suficientes estudios que evalúen el riesgo de hepatotoxicidad por estatinas en sujetos hiperlipidémicos con niveles elevados de transaminasas en suero en estado basal; además, las estatinas se consideran contraindicadas en pacientes con enfermedades hepáticas crónicas. No obstante, se recomienda o exige rutinariamente un monitoreo clínico y bioquímico, muchas veces para compensar la falta de información sobre el verdadero riesgo de toxicidad hepática significativa en personas con o sin enfermedad hepática subyacente, aunque no hay evidencia de que este monitoreo reduzca la tasa de hepatotoxicidad. Este artículo revisa lo que se conoce y lo que no se conoce sobre las enfermedades hepáticas y el riesgo de hepatotoxicidad debido a las estatinas, y ofrece recomendaciones para el uso seguro y racional de este grupo de medicamentos en situaciones especiales.