Partiendo de las críticas a la distinción habermasiana entre moral y ética y a su fundamentación universalista de la moral, se concluye que la prioridad de los objetivos morales resulta de forma constitutiva de la estructura de la reflexión normativa del sujeto cognoscitivo, de la cual dependerían también, de forma jerarquizada tanto los objetivos de vida y organización social dentro de contextos específicos, como los personales; ampliando así el marco de lo estructuralmente constitutivo en la reflexión práctica. Así mismo, se reconsidera la pervivencia de la reflexión moral kantiana en la arquitectura fundacional de la ED.