Los retablos barrocos que actualmente amueblan las iglesias de la ciudad de Mondoñedo
son sólo algunos de los que se han ejecutado en el último cuarto del siglo XVII y los tres
primeros del XVIII. Por fortuna contamos con casi todos los retablos mayores y buena
parte de los colaterales. Con respecto a estos últimos, han sido desmantelados los de los
conventos de San Martiño y San Pedro de Alcántara y de la propia catedral , mientras que
en el convento de A Encarnación y en el santuario de Os Remedios se conservan todos.
Resulta difícil adaptar al caso mindoniense las clasificaciones en las que se acostumbra a
encuadrar el retablo barroco españo. Ello es debido, primeramente, al desfase cronológico entre el ejecutado en núcleos punteros, como el compostelano, y el fabricado en
centros periféricos, que, como el mindoniense, tardan en incorporarse al Barroco. El
desarrollo evolutivo de la retablística local, perfectamente extensible al ámbito diocesano, presenta además ciertas particularidades. Partiendo de esta limitación se propone
una agrupación en cuatro períodos, denominados según el territorio de procedencia de
los maestros, siguiendo para ello un criterio de homogeneidad estilística. De esta forma
tenemos retablos de filiación mindoniense, leonesa y tudense, y una última fase rococó.
El discurso expositivo gira en torno a los grandes centros religiosos y sus retablos mayores, pues de ellos derivan buena parte de la pléyade de colaterales, a los que se alude en
mayor o menor medida dependiendo de su relevancia y grado de conocimiento.