La mediación es un método de resolución de controversias a través del cual, las
partes —con ayuda de un tercero— ponen fin a un conflicto jurídico de forma
negociada. De esta forma, en la mediación debe verificarse, por un lado, la
capacidad de las partes para disponer de sus bienes, derechos e intereses; y,
por otro lado, la igualdad de poder entre ellas. Estas cuestiones pueden ser
problemáticas cuando una de las partes del conflicto jurídico es una persona
con discapacidad intelectual. Respecto de la problemática determinación de la
capacidad para mediar de las personas con discapacidad intelectual, se propone
que el mediador —especialmente cuando su formación es jurídica— pueda ser
asistido por un perito psicológico. Igualmente, y en relación con las
adaptaciones procedimentales, se defiende la necesaria participación del
facilitador en la mediación tradicional, en la mediación electrónica (emediación), y en la mediación asistida por inteligencia artificial (i-mediación).