El formato de ocio nocturno en el que la juventud se incorpora está conformado por una serie de
elementos que establece sus principales características para la diversión, bajo el prisma de pasarlo
bien, compuesto por la sexualidad, la música, el alcohol y el consumo de sustancias estupefacientes
ilegales en algunas de las ocasiones, un elenco de variables para una noche mágica. Este panorama
no se encuentra exento de riesgo y vulnerabilidad, sobre todo para el género femenino, que tiene
que enfrentarse a situaciones como la sumisión química y las agresiones sexuales. La presente
investigación analiza las respuestas de (N) 702 jóvenes (50,9% hombres por un 48,7% de mujeres),
con una M=23 y SD=5,47, realizadas en los lugares de ocio nocturno de la ciudad de Málaga
(España), cuando se encontraban en estos. Los resultados muestran cómo el 91,2% de las mujeres
expresan tener preocupación de sufrir algún episodio de violencia sexual cuando salen de fiesta, y el
74,3% indica tener mayor riesgo de sufrir una sumisión química. Estas situaciones requieren de una
reflexión que no solo debe abordar el modelo de ocio utilizado por gran parte de la juventud, sino a
la vez el desarrollo de medidas preventivas a largo plazo de carácter formativo y educativo, donde el
papel de los interventores sociales se sitúa como esencial para favorecer esta transformación, y que
el ocio no se convierta en otro espacio más donde el género marca diferencias y vulnerabilidades,
siendo el femenino nuevamente el más afectado.