La evidencia de que las situaciones problemas que tiene que enfrentar el
profesorado del sistema educativo van más allá de los aspectos curriculares, es una
realidad que difícilmente se puede poner en duda. Estas situaciones pasan entre
otras por cuestiones relativas a los conflictos de convivencia que se producen en el
interior de los centros. Unos conflictos que Díaz-Aguado et al. (2001: 48), los han
clasificado en cuatro categorías:
Comportamiento antisocial de alumnos, problemas de seguridad en el centro
escolar (conductas protagonizadas por cualquier miembro de la comunidad
educativa o incluso de fuera de ella), violencia de la escuela ejercicda hacia y
sufrida por el alumnado y conflicto entre adultos (en los que los alumnos suelen
jugar el papel de rehén de unos u otros).