La disrupción digital ha transformado la vida de las personas y las potencialidades de las empresas y de los servicios públicos, posibilitando nuevas formas de interactuar entre las personas, y entre éstas y las instituciones sociales. Por ello, la Comisión Europea planteó en 2015 una estrategia para el desarrollo del mercado único digital, asentada en tres pilares:
1) Mejorar el acceso en línea de los consumidores y las empresas a los bienes y servicios, eliminando las barreras a la actividad transfronteriza en línea.
2) Crear las condiciones para el avance en las redes y servicios digitales mediante infraestructuras de alta velocidad y servicios de contenidos seguros, regulados por una normativa de telecomunicaciones, además de garantizar los derechos fundamentales de los consumidores, y
- 3) Maximizar el potencial de crecimiento de la economía digital europea con un programa de inversiones en infraestructuras digitales, equipamientos y programas informáticos y en diversas tecnologías.
En 2021, el Consejo Europeo propuso a la Comisión presentar una Brújula Digital que expusiera las “ambiciones digitales para 2030”, junto a “un sistema de seguimiento”. Y en 2022, el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea aprobaron la Decisión (UE) 2022/2481, que estableció el programa estratégico de la Década Digital para 2030. Sobre tales bases, sus Estados miembros han de elaborar sus respectivas políticas digitales con el fin de alcanzar en 2030 ciertas metas digitales de la UE en cuatro apartados:
• Una población con capacidades digitales y unos profesionales del sector digital altamente cualificados.
• Infraestructuras digitales seguras, eficaces y sostenibles.
• Transformación digital de las empresas.
• Digitalización de los servicios públicos.
Tales metas digitales habrán de ser consistentes con los objetivos generales del programa estratégico para la Década Digital de la UE, así como con sus derechos y principios digitales.