La publicidad comercial de los años sesenta encontró con la irrupción de la televisión en nuestro país, el mejor medio para la promoción de marcas a través del uso síncrono entre la imagen animada y un tema musical cantado, el jingle. Partiendo de esta premisa, a través de una metodología de análisis audiovisual, el principal objetivo de este artículo es demostrar cómo el uso de ambos elementos visuales y sonoros fueron determinantes para que el público objetivo recordará con facilidad el producto que estaba siendo promocionado en televisión.