Este proyecto se basa en la exploración de la casa como una metáfora del individuo, considerando la casa no solo como un espacio físico, sino como un espacio mental y emocional. Se propone que la casa puede representar un "estado de ánimo" desde una perspectiva subjetiva y abstracta, evocando sentimientos de arraigo, seguridad, esperanza o pérdida, y sirviendo como un refugio emocional.
El proyecto resalta la importancia de las emociones y sensaciones asociadas con la idea del hogar, sugiriendo una reflexión profunda sobre cómo estos sentimientos influyen en nuestra identidad y experiencia personal. A través de una variedad de obras que abordan esta temática, presentadas en diversas formas y técnicas de representación, se exploran y expresan emociones complejas, creando una serie de trabajos que reflejan la naturaleza fluida de nuestras experiencias emocionales.
Asimismo, se establece una conexión entre estas reflexiones y textos filosóficos, así como diversas obras de artistas que abordan la casa y el hogar desde distintas expresiones creativas, ya sea por sus características formales o por su aproximación conceptual. De este modo, el proyecto ofrece una nueva perspectiva sobre la casa, entendida como una
entidad dinámica que crece y se transforma junto con el habitante, convirtiéndose en un símbolo vivo y un reflejo del estado del alma.