En el capítulo propuesto se estudia cómo durante el ejercicio de interpretación pueden intervenir por un lado oralidades primarias con lenguas para las que no existen alfabetos o si existen no se utilizan o para individuos que desconocen la escritura y por otro lado para interpretaciones con interlocutores con oralidades secundarias notablemente influenciadas por la escritura. Así, el capítulo utiliza la obra de Walter Ong (1982), Oralidad y Escritura: tecnologías de la palabra, para analizar las implicaciones de estas interacciones interpretadas no estudiadas hasta ahora en el contexto de la interpretación de lenguas.