La implementación de los nuevos avances tecnológicos en la actual sociedad del trabajo, especialmente la digitalización e incorporación de los robots en los procesos productivos, ha supuesto la introducción de mejoras muy significativas en estos ámbitos laborales. Ahora bien, junto a las indiscutibles ventajas asociadas a sus efectos positivos, no se pueden obviar aquellos otros negativos que configuran la otra cara de la moneda del proceso de innovación tecnológica; concretamente, nos referimos a las mermas producidas en los derechos sociales tradicionales. Por lo tanto, ante este nuevo escenario, se propone la búsqueda de mecanismos innovadores que armonicen dicha innovación con el reconocimiento, mantenimiento y mejora de los derechos sociales que deben estar siempre presentes en la sociedad del trabajo del siglo XXI.