La perspectiva feminista confecciona el tejido procedimental y crítico indispensable para revelar interrogantes, problematizando la construcción historiográfica de la identidad de las artistas. Solo reformulando narrativas, perturbando los discursos y las miradas, se pueden concebir percepciones que cuestionen y deconstruyan los relatos hegemónicos excluyentes. Categorías como canon, paradigma, autoría, identidad o calidad, entre otras, se revelan como construcciones selectivas amparadas en una pretendida y naturalizada universalidad. Desvelarlos proporciona una necesaria conciencia crítica y ayuda a enunciar la naturaleza de algunos de esos mecanismos e instrumentos de desenvoltura investigadora.
El estudio se fundamenta en el caso concreto de la artista y profesora Flora López Castrillo (Madrid, 1878-1952), con objeto de reflexionar sobre la experiencia investigadora feminista y sus retos. Consciente de la vigente necesidad de abordar el estudio de autoras desconocidas, poco y sesgadamente tratadas, u olvidadas, esta labor solo tendrá sentido si supone subvertir el relato canónico de la historia del arte. El proceso de edificación –o reconstrucción– de la identidad artística de Flora López Castrillo se vincula con una serie de fundamentos que, en su caso, resultan decisivos y sobre los que se cimenta este itinerario: la confusión en las fuentes sobre nombre y apellidos; la dificultad de rastrear su obra, hasta ahora escasa, ilocalizable o perdida; la aparente falta de autonomía artística provocada por los condicionantes de ser considerada discípula y posible pareja sentimental de Muñoz Degrain, un artista reconocido; los juicios críticos sesgados que cualifican su obra como compartida, subsidiaria, dudosa y, siempre, deficiente en comparación. Configurar una trayectoria en la otredad –“ser la otra”– proyecta connotaciones de amplio calado. Tanto que quizás debamos desestabilizar el concepto de “catálogo”, asociado a valores identitarios y de autoría sin fisuras.