Las estatinas son fármacos ampliamente utilizados para la reducción del colesterol y la prevención de enfermedades cardiovasculares, con un perfil de seguridad favorable. Sin embargo, su potencial hepatotoxicidad ha generado debate, especialmente en pacientes con enfermedad hepática preexistente. En este sentido, la evidencia científica disponible indica que la incidencia de hepatotoxicidad grave asociada a estatinas es baja, y que en la mayoría de los casos la elevación de transaminasas es transitoria y no clínicamente relevante. Además, estudios recientes sugieren que las estatinas podrían ser seguras e incluso beneficiosas en pacientes con hígado graso no alcohólico o hepatitis C. Estos hallazgos refuerzan la necesidad de individualizar la indicación y el seguimiento de estos fármacos, evitando su suspensión innecesaria en pacientes con riesgo cardiovascular elevado